19 Abr Actuar organizada y coherentemente, sin afán, pero sin pausa
Autor
René Hertz
Cuando decidí redactar estas líneas, sin ser escritor ni cosa parecida, recordé que “escribir es pensar organizadamente”, eso dijo alguien y tiene razón, si se pretende que la idea que se expresa sea entendida en alguna medida, por quien lee. Pero resulta que no solamente escribir, sino hablar o actuar equivale igualmente a pensar de forma organizada y coherente, si pretendemos que las cosas resulten bien, de acuerdo a como se las tenga proyectadas.
Se me ocurrió hacer mención a esta actitud de pensar y actuar organizada y coherentemente, cuando escuchaba o leía algunas opiniones que rodaron por chats, de algunas personas, señalando a nuestros líderes partidarios nacionales, de todas las dificultades en este espinoso y accidentado proceso de implementación de los Acuerdos de Paz.
Recuerdo al camarada Jacobo Arenas cuando decía palabras más, palabras menos: “Si se abren las compuertas hacia la democracia, adelantaremos nuestra lucha por las vías políticas pacíficas abiertas”, significando que nuestra resistencia armada no era un capricho sino la respuesta y reacción natural de un pueblo a las acciones de un régimen intolerante, asesino, que no permitía expresiones políticas distintas a las del sistema.
En la actualidad se lucha por la implementación de los Acuerdos de Paz, pero esto no quiere decir que el régimen actual sea ya una democracia verdadera que abrió las puertas para la participación real y efectiva de las organizaciones y sectores populares que permita superar las enormes diferencias en la distribución de las riquezas y oportunidades sociales, y que la participación para trazar nuestros propios destinos en beneficio de todos y cada uno de los asociados, sea un hecho. No, de eso estamos muy lejos aún. Logramos que se entreabrieran “las compuertas”. El camarada Jacobo no decía que cuando las grandes puertas y alamedas de la democracia estuviesen abiertas, sino las “compuertas”, esas aberturas cuyos cierres pesadamente se deslizan para permitir de forma limitada el paso de algo. Porque si esperamos grandes vías y alamedas de democracia para continuar la lucha, no tendría sentido, pues ya existiría una verdadera democracia y solo sería consolidarla y mantenerla.
En ese sentido es que va la invitación a que pensemos y actuemos organizada y coherentemente, antes de emitir de forma pública opiniones que no construyen. Hay que hacer análisis calmado y juicioso para no abonar el terreno a quienes nos quieren ver atomizados. No son tiempos fáciles los que vive nuestro partido en este periodo de surgimiento a la legalidad y su consolidación. Y así mismo las dificultades y obstáculos de todo tipo que surgen por doquier, no son culpa de nuestros dirigentes nacionales, regionales o locales. Mucho nos ha costado adaptarnos al nuevo escenario de lucha, y el adversario político sigue ahí con la intensión de “hacernos trizas”.
Actuar, pensar, expresarse coherente y organizadamente, es entender que los Acuerdos de Paz firmados no son el triunfo de una revolución, sino solamente una valiosa herramienta lograda en la dura batalla política librada en la Mesa de Diálogos, para continuar en otro escenario no menos difícil que la confrontación armada, con el propósito de llegar algún día a conquistar los cambios sociales necesarios, por los cuales hemos luchado toda la vida. En eso andamos y por eso se llama “Lucha”, pues como se ha reiterado en diversas ocasiones: nadie dijo que esto iba a ser fácil. No es tiempo de desanimarse, como nunca nos desanimamos en medio de tantas y enormes dificultades que sorteábamos a diario en los campos colombianos.
Si existen dudas de que vamos o no por el camino correcto, estas deben ser objeto de debates internos como siempre lo hemos hecho, destacando que también siempre estos debates han arrojado cosas positivas porque nos han permitido identificar los mejores caminos a seguir, producto de las decisiones colectivas, que una vez aprobadas se convierten en reglas a cumplir, hasta que esa voluntad colectividad creadora trace nuevas rutas.
Si aquellas expresiones nocivas que mencioné al comienzo vienen de militantes del Partido, debemos preguntarnos: ¿tenemos mecanismos internos partidarios para manifestar, exponer y debatir inconformidades? Si, claro que existen, y es allí a donde se deben llevar esas inconformidades. Por eso el más reciente Pleno del Partido, no la Dirección Nacional, sino el Pleno del Consejo Nacional de Los Comunes, orientó acertadamente que todas las diferencias que se dieran, debían ser ventiladas y solucionadas en los organismos internos y no en las redes sociales o medios de comunicación, obrando así como partido con militantes disciplinados, aguerridos luchadores que a la vez que muestran decisión y tesón en defensa de los ideales, también enseñan capacidad de solucionar sus problemas internos con el mismo sentido de fraternidad y deseo de construir unidad.
Ahora, si esas manifestaciones son externas, o sea vienen de personas no militantes, ahí si con el mismo equilibrio y calma, pero a la vez con la misma entereza, hay que pedirles que permitan que sea el Partido quien solucione sus propios asuntos. Eso equivale a tratarnos con respeto cuando tenemos ideas diferentes. Trabajando con sensatez, coherencia y muy organizadamente, podemos ser consecuentes con los objetivos de la lucha que se adelanta. Sin desesperarnos, sin apresurarnos, pero así mismo sin detenernos. Como solían decir algunos de nuestros jefes en medio de la confrontación armada cuando daban las orientaciones: “actuemos sin afán, pero sin pausa”
