El Informe de la Comisión de la Verdad corre el riesgo de otros textos que son mas
citados que leídos, a saber, El Capital, La Biblia, la Constitución, el Acuerdo de Paz.
Un reto es promover su lectura en una población cuyo promedio nacional es de 2,7 títulos
leídos al año; en zona rural, solo el 28.8% tiene acceso a internet mientras que en la
urbana alcanza el 70%; apenas el 11.5% de la población en el campo usa computadora
y en zona urbana es el 37.9%; de cada 100 hogares en zona rural, 18 presentan
analfabetismo. Vale recordar que el Estado se negó a imprimir masivamente el Acuerdo
de Paz y a realizar pedagogía por todo el territorio. La extensión y los medios de difusión
del Informe supera la expectativa de una lectura masiva en el corto plazo.
En medio de los anteriores indicadores del éxito capitalista, el designado Ministro de
Educación Alejandro Gaviria, anunció la integración de la versión de la CEV a la cátedra
en los colegios; las pocas palabras sobre esta posible actividad pedagógica, desató la
reacción conservadora temerosa de que los y las estudiantes, conozcan narrativas
distintas a la historia de los prohombres de la patria que han gobernado este desastre;
a buena hora que las primeras letras de la juventud sobre la historia política del país,
inicie con el propósito pedagógico de reconocer las diferencias ideológicas, no eliminar
al opositor y no declararlo enemigo interno por pensar distinto.
Son inevitablesla opinión taquillera, el titular mediático, la síntesis apretada, el resumen
ejecutivo, la frase consigna y las conclusiones estadísticas; por tal razón se requieren los
espacios de lectura colectiva y reflexión sobre el Informe; de lo contrario es caer en la
trampa del uso y el abuso político en el debate ideológico sobre las versiones de la
guerra; trampa donde las ideas hegemónicas han logrado que la justicia transicional
oculte la justicia social; despolitizan la confrontación, invisivilizan las causas originarias
del conflicto y banalizan la discusión necesaria; un régimen tan deslegitimado como el
colombiano tardará décadas en aceptar que su autoridad y sus riquezas, descansan en
millones de víctimas; es la reacción obvia de la derecha cuyos partidos políticos han
estado atrincherados en el silencio y el negacionismo.
Tal actitud contrasta con el deber cumplido por el antiguo Secretariado de las FARC EP
con el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición: el Secretariado
compareció ante la Justicia Especial para la Paz en una muestra mas del compromiso
firmado con las víctimas del accionar guerrillero; han sido numerosos los encuentros de
reconocimiento certificados y realizados en todas las regiones, convirtiéndose en gestos
validados por las víctimas en el aporte al descanso de su dolor. Hay que estudiar el
Informe y discutirlo en un ambiente hostil debido a que no existen las condiciones
democráticas para hacerlo: la Apertura Democrática es una de las promesas incumplidas
de la Paz. Los y las comunistas deben tener un pupitre para aportar su versión.
Priorizadas las víctimas, ya habrá tiempo y espacio para la verdad desde la perspectiva
de la justicia y la lucha social en Colombia.