Cerca del jaque mate no se llora

Por: Jacinto Constante

—No llorarás—, así decía Manuel cuando estaba cerca de dar jaque mate. La mayoría de veces cuando iba a visitarlo, jugábamos ajedrez. Él me enseñó las reglas del tablero. Nunca pude ganarle porque era muy experto.

Manuel era un familiar cercano, había sido guerrillero urbano del grupo Montoneras Patria Libre en Ecuador en los años ochenta; para esa época, yo apenas era un recién nacido. Manuel narraba historias que eran de esas que no se contaban abiertamente por ser de la vida revolucionaria, clandestina. Siempre se mantenía atento a sus hazañas, historias y su forma de ser.

La personalidad que se había construido en Manuel era de alguien que siempre ayudaba a los demás con lo que podía. Acostumbraba hacer bastante deporte. Muchas veces salíamos a trotar, nadar y de excursión a la montaña.

Desde que recuerdo a Manuel, en nuestro mundo era un ejemplo. Había sido alguien que defendió a los pobres en su época y fue capaz de enfrentarse a los malos. Eso era lo que me llamaba la atención. Crecí rodeado de gente revolucionaria y fue ahí cuando en tantas conversaciones escuché por primera vez la lucha guerrillera, revolucionaria, el socialismo, armarse, monte, FARC y demás. Yo era muy pequeño, estaba en la escuela, sólo ponía atención. Los y las demás no se preocupaban por mi presencia. Desde entonces esa curiosidad siguió aumentando hasta que años después le dije: —Manuel yo quiero que me lleves al norte (Colombia)—. Jajaja, se rió. Me dijo: — primero estudia y si te gradúas vemos—.

En la época de los noventa, ellos seguían activos. Manuel había estado preso por una retención política, pero después de salir libre continuó con el proceso revolucionario. Yo escuchaba de acciones y círculos de estudio. A mí jamás me invitaron hacer parte de eso. No sé las razones. Seguro porque era familiar de Manuel y no querían que me expusiera a riesgos y peligros.

Cuando iba a visitarlo, le pedía un libro. Tenía una biblioteca revolucionaria, tenía libros biográficos, entre ellos, la vida de Eloy Alfaro, José Peralta, Sandino, Omar Cabezas, quien escribió La montaña es algo más que una inmensa estepa verde, La Madre de Máximo Gorki y muchos más. O nos poníamos a jugar ajedrez, y así pasábamos los días.

En 1999, fue la última vez que conversamos. Yo hacía unas prácticas de mecánica, aún no me graduaba. Ese día detallé en su rostro preocupación. Yo le dije: —no te olvides que yo quiero que me lleves al norte—. Él respondió: —sí, sí,— riéndose.

Dicen que estuvo en una misión en Colombia y desapareció. Nunca se supo qué fue lo que realmente le pasó. Jamás lo volví a ver.

La familia siempre preguntaba por su destino. Yo preocupado porque no aparecía y seguía esperando para que cumpliera con llevarme al norte. Llegó el 2002 y no regresó. Ya me hice a la idea de que estaría muerto, —son casi tres años—, decía yo mentalmente.

Entonces, sin tener a quién acudir, empecé a revisar en internet sobre las FARC-EP, su vida, su historia. Ahí logramos entender sobre la lucha fariana y tomamos la decisión con un compañero de ingresar a las FARC-EP, porque ese era mi sueño, ser guerrillero. Pero no sabíamos a quién decirle o pedirle que nos llevara a Colombia para ingresar sin problemas.

Había una señora que era amiga de Manuel. Ella era colombiana. La vimos en las calles de Ecuador y junto con el compañero nos acercamos y le dijimos lo que pensábamos. Días después ella nos conectó con el norte.

Después de aportar a la lucha revolucionaria ingresando a las FARC-EP, tras la dejación de armas y mi firma hace cinco años en el Acuerdo de Paz con el gobierno, mi compromiso sigue firme.

Ahora en el 2021, en un taller de fotografía, un profesor de Cali trajo un escáner para revelar rollos fotográficos antiguos. Pasando por la máquina mis negativos personales, me llamó la atención ver una foto donde estoy yo jugando ajedrez con Manuel; imágenes que avivaron mi memoria y me llenan de fuerza tras recordar la vitalidad y energía de esa época, que continúa en la misma línea, ayudar a construir una Latinoamérica justa y unida.

Recuerdo que en diciembre era tu cumpleaños y quise memorar el jaque mate. Ya nos veremos Manuel para seguir jugando.

Diciembre 2021