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Por Olga Lucia Marín
Marché otro 1° de mayo. Desde 1977 he marchado. Aquel año la marcha fue muy importante en mi vida, por el entusiasmo de ese día decidí ingresar a la JUCO. He marchado cada año en Bogotá, en La Habana junto a ese heroico pueblo… en la montaña no marchaba, pero conmemorábamos la fecha con actividades políticas y culturales, reivindicando a los obreros de Chicago que pelearon los tres ochos: ocho horas de trabajo, ocho horas de descanso, ocho horas de estudio. Desde la firma del Acuerdo de Paz marcho en Cali. Sin embargo, la de este año 2021 tiene un gran significado por varias razones:
- Lo hice por la memoria de más de 270 firmantes de la paz asesinados, hombres y mujeres que creyeron en el Acuerdo, que construían paz con su trabajo en los lugares a donde fueron a parar luego del regreso a esta supuesta legalidad, donde el Estado viola sus propias leyes, no cumple con su deber constitucional de proteger a sus habitantes y se hace de la vista gorda ante los asesinatos políticos.
- Por las miles de mujeres asesinadas por ser mujeres en una sociedad patriarcal que no cambia su mentalidad machista y no nos protege. Nosotras queremos, entre otras cosas, caminar tranquilas por las calles, caminos y veredas; vivir en armonía con nuestras parejas sin ser asesinadas o maltratadas.
- Contra la Reforma Tributaria y las leyes o decretos que lesionan los derechos de mi pueblo.
- Porque se implemente el Acuerdo de Paz, por la justicia social, única garantía para que no se desarrolle más violencia y que la población colombiana goce del hermoso país que tenemos.
- Contra la represión. La población Colombia clama paz, y el gobierno de Duque-Uribe responde con guerra, represión. Ahora Duque argumenta la necesidad de la asistencia militar en las ciudades, da orden al ESMAD, a la policía y al Ejército, no solo reprimir, sino ¡disparar! Mientras en los campos y ciudades matan todos los días líderes y lideresas, firmantes de la paz y no toma medidas extremas para parar el desangre.
La lista es larga, pero este año el mismo DANE informa que Colombia ha retrocedido y la población es mucho más pobre. El gobierno se escuda en la pandemia; pero no es cierto. Este gobierno más bien ha aprovechado la pandemia para seguir robando, defraudando las arcas del país y dando privilegios a quienes más tienen.
La pandemia ha demostrado los miles de problemas que arrastra esta sociedad dirigida por políticos corruptos. Las causas que generaron el conflicto armado siguen vigentes y no se ve en el gobierno de Duque ningún interés en resolverlas.
La renta básica es una solución, en parte, para controlar la propagación del virus, pero sobre todo para que esos millones de seres que viven del día a día puedan cuidarse y tener una mediana tranquilidad.
Este 1° de mayo, antecedido por el Paro Nacional que inició el 28 de abril contra el paquetazo de Duque, ha sido una jornada de despertar de este pueblo cansado del mal gobierno. Ayer en varias casas y edificios veíamos la bandera tricolor, a nuestro paso se escuchaba el himno nacional, formas de participación de las personas que por varios motivos no pudieron marchar pero que apoyan el paro y la protesta social. Se veía en las calles gente de distintos sectores sociales, mujeres, hombres, niños y niñas, personas mayores, indígenas y negritudes, población diversa y la juventud que le imprime alegría y dinamismo. Participaron también distintos sectores económicos que despiertan, entienden que esto no es un problema de unos pocos, sino que involucra a quienes no somos oligarquía, gobierno y politiqueros.
Vamos a continuar la lucha, hasta que logremos que Cese la Horrible Noche.
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