08 Abr Responsabilidad social del Acuerdo de Paz
Colombia es un país rico caracterizado por la cultura de sus pueblos, por la diversidad en animales y plantas, climas variados, sus paisajes hermosos, por su gente cálida, minerales únicos en el mundo, ríos de aguas cristalinas, mares que rodean nuestro país, mujeres hermosas y por su conflicto social interno de más de 50 años con las FARC-EP.
A pesar de todas estas riquezas y problemáticas somos un país animoso por salir adelante y con un gran sentido de innovación y de alegría; aunque somos un país empobrecido con una increíble desigualdad social, tal vez ésta desigualdad sea la protagonista de tan sufrida historia; pero ¿qué es la paz? “estado a nivel social o personal, en el cual se encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en sentido opuesto como ausencia de inquietud, violencia o guerra”. Por ello ahora se vuelve a colocar en tela de juicio nuestro comportamiento como colombianos y lo que realmente queremos y añoramos, con el Acuerdo de Paz logrado en el 2016 nos brindamos a la oportunidad de perseguir aquella tan anhelada Paz que se pidió y exclamó a gritos y ahora que se logró estamos permitiendo que la desidia y el desánimo nos arrope.
¿Pero hasta qué punto estamos dispuestos a alcanzar este objetivo realmente? ¿Estamos dispuestos a lograr esta tan añorada paz que necesitamos? ¿Cómo emprender el camino hacia élla? Debemos además tener muchos factores en cuenta como el hecho que Colombia nunca ha sido un país donde se haya vivido un periodo en paz, de tranquilidad o al menos no uno duradero ya que justo después de la independencia se inició la disputa o guerra civil entre liberales y conservadores los dos partidos políticos más antiguos del país.
Luego de ello se logró con el acuerdo de La Habana varios escenarios donde se han sentado las partes y han hecho un acuerdo por alcanzar la paz en Colombia; sin embargo pareciese que el destino del pueblo colombiano es estar condenado al caos que dicho conflicto profesa sobre los hombros de un país que no se esfuerza por superar los intereses particulares y los egos de los gobiernos de turno que creen tener la clave y la última palabra del desarrollo e implementación del Acuerdo de Paz firmado y que han sido incumplidos en varios puntos y existiendo por ejemplo ya un exterminio, a la fecha de más de 194 exguerrilleros en todo el país.
Teniendo en cuenta la historia de Colombia; ¿realmente estamos capacitados para lograr la paz? Colombia es un país exportador de materia prima por excelencia, esto sostiene en parte nuestra economía frente a otros países, pero esta susodicha tabla de salvación no es más que una espada de doble filo, ya que exportamos materia prima a un precio mínimo mientras los otros países las transforman en bienes y servicios que terminamos comprando a más del doble de su valor real, por otro lado les damos a las empresas extranjeras todas las condiciones para que se lleven sin complicaciones nuestras riquezas minero energéticas ambientales; todo esto hace que la economía de un país como Colombia no progrese o lo haga de manera muy lenta, la malversación de fondos, el narcotráfico, la deuda externa, sin mencionar la distribución interna de activos, el desempleo, la fuerte suma de dinero para mantener un sistema militar que le sirve a las clases más favorecidas, las grandes extensiones de tierra utilizadas para la ganadería extensiva, el desplazamiento forzado producto de la intolerancia, la ambición de poder y control, la abundada y abismal corrupción política en la que está sumido nuestro país; mientras tanto cientos de miles de compatriotas añorando un terruño de tierra dónde vivir y morir, ese apetito afanoso de imponer la ley del más fuerte sobre los más débiles y necesitados.
Necesitamos entender, conocer, estar conscientes de los acontecimientos de la historia para no repetirla, recordemos que “un pueblo ignorante es instrumento ciego de su destrucción” lo decía Simón Bolívar; por ello para lograr la paz en Colombia debemos organizarnos y designar tareas en nuestra sociedad actual las cuales nos permitan encargarnos del manejo de la misma, empezar a pensar en formas para evolucionar y buscar soluciones a los problemas de modo eficiente y evitando asperezas y disputas, tener Paz con nosotros mismos para así por lo menos empezar aportando un grano de arena a este proceso. Hay que construir una real política de estado que se acomode a la época y que sea incluyente y que no esté condicionada por intereses particulares, además, que sea un proceso permanente para que trascienda a través del tiempo sin que se vea afectada por los cambios de gobierno.
Los acuerdos de Paz firmados en La Habana deben sobrepasar toda coyuntura política y por el contrario debe ser un proceso que continúe sin importar quién es el responsable actual de los senderos del país, necesitamos que se hagan cumplir las leyes y derechos que favorezcan a todos y no los que están creados bajo las premisas inequitativas, cambiar lo acordado, y otros factores que se evidencian y que deja mucho qué pensar. Se invita al sistema de las comunicaciones a ser prudentes con la información ya que debe ser real y objetiva sin rencores y sin posiciones partidistas que ya bastante daño han hecho a los procesos pasados. Se nos deben comunicar claro y oportunamente los acontecimientos con la objetividad y veracidad de la ética que el periodismo colombiano debe promulgar, dejar los egos y los dolores de los perjuicios de esta guerra, tener conciencia de los avances en los diálogos, sin preocuparse del yo, para así no seguir dando razón a la violencia y no permitir dar paso a la doble moral ya que para nuestra sociedad es más importante pareciese patrocinar y participar en una guerra que tratar de buscar la paz en esta sociedad colombiana.
LENIN FERNEY PATIÑO
CONSEJO TERRITORIAL COMUNICACIONES PARTIDO POLÍTICO FARC MAGDALENA MEDIO