¿Mataron a Gaitán?*

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Mónica Delgado

En el Estallido Social de 2021, en Colombia, varios monumentos fueron derribados a lo largo y ancho del país: cayeron un par de conquistadores, un expresidente conservador, un exsenador fascista, entre otros. Mientras tanto, fue recreada la figura de Jorge Eliécer Gaitán en grafitis, murales, placas y hasta un retoque de su busto, al que se agregó la bandera de Colombia; lo que da cuenta que, a 75 años de su asesinato, su planteamiento político sigue vigente.

Y es que cuando el cuerpo del Doctor Gaitán se desplomó en un andén del centro bogotano, aquel 9 de abril de 1948, se formó una tremenda grieta que fracturó la estructura social y política de Colombia y de la cual emergió un nuevo sujeto político: el pueblo, al que Gaitán se refirió como la gente que conservadora o liberal que fue engañada por las oligarquías, extrayendo su identidad del reparto bipartidista y colocando en el centro su situación de clase y de mayoría social.

“(…) En pie vosotros los oprimidos y engañados de siempre, en pie vosotros los burlados de todas las horas”.

Ese pueblo que se enmarca en lo que Gaitán llamó el País Nacional, “que piensa en su trabajo, en su salud, en su cultura”, en contraposición al País Político, “que piensa en sus empleos, en su mecánica y en su poder”, va evidenciando la dimensión de su poder en las calles y plazas como un par de meses antes del crimen, en el desfile multitudinario cuya consigna fue el silencio absoluto por las víctimas que había cobrado la violencia oficial.

Gaitán fue elocuente:

“Señor Presidente: …os pedimos que cese la persecución de las autoridades, así os lo pide esta inmensa muchedumbre… que las luchas políticas se desarrollen por cauces de constitucionalidad… que no creáis que esta impresionante tranquilidad es cobardía… no somos cobardes: somos descendientes de los bravos que aniquilaron las tiranías en este suelo sagrado, pero somos capaces, señor presidente, de sacrificar nuestras vidas para salvar la tranquilidad y la paz y la libertad de Colombia”.

Y si bien el País Nacional fue perseguido, desmembrado, empalado, los ojos reventados y quemadas las semillas por los matones del País Político; y si bien la economía fue próspera, mientras el Magdalena corría en su cauce rojo; y si bien la democracia de Colombia se hizo la “más antigua y sólida” del continente, con las mayorías arrancadas de la tierra y de la participación política, el sujeto pueblo no fue aniquilado.

Más bien, en un largo proceso de resistencia, defensa y lucha, ese pueblo ha venido construyendo poder desde abajo, configurando desde el seno mismo de los márgenes, diferentes expresiones organizativas que han derivado en la necesidad de ocupar directamente el poder político, para dar solución a las causas que generaron la guerra, edificando con sus propias manos el sueño de cambio social que las élites pretendieron apagar con la muerte de Gaitán.

Pero, Jorge Eliécer Gaitán, “vivito y coleando”, sigue creciendo como hierba fresca en las fisuras de un establecimiento descompuesto, que ha estado encabezado históricamente por unas élites de tradición siniestra. Ahora Los hijos e hijas de la tierra estamos reparando la Casa Común. Al fin y al cabo, la democracia es el Gobierno de las mayorías y los y las pobres somos más.

* De todos los escritos publicados sobre la vigencia del ejemplo y pensamiento de Jorge Eliécer Gaitán, según Gloria Gaitán, este es de los mejores por su aporte a la lucha contra el Memoricidio.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]