Hoy, conmemoramos un acontecimiento trágico que ocurrió el 16 de mayo de 1998 en Barrancabermeja. Las Autodefensas de Santander y el Sur del Cesar (Ausac) irrumpieron en el barrio El Campín durante un bazar comunal, sembrando terror y dejando un saldo devastador. Con complicidad oficial, perpetraron un acto atroz que cobró la vida de siete personas, mientras que otras 25 desaparecieron.
Este acto, motivado por la estigmatización y la agenda contrainsurgente, revela una oscura alianza entre los paramilitares y el Estado. Años después, la verdad emergió en los tribunales de Justicia y Paz, donde los líderes paramilitares admitieron su culpabilidad y la motivación ideológica detrás de este crimen.
Hoy, recordamos a las víctimas y reafirmamos nuestro compromiso con la justicia y la memoria histórica. Que este trágico episodio nos impulse a trabajar juntos para construir un futuro donde la paz y la justicia prevalezcan sobre la violencia y la impunidad.