Jazmín. ¡Aquí nadie se rinde!

Por Olga Lucia Marín

Tantas historias de la vida guerrillera tenemos, y tantas de mujeres que entraron buscando una mejor vida ante la violencia estructural en la que vivían en sus casas; la violencia basada en género contra sus mamás, hermanas y ellas mismas que esta historia hay que contarla.

Pasaban las comisiones de guerrilla por las veredas y hasta pueblos olvidaos por el Estado. Mujeres y hombres armados y con sus equipos de campaña. Sus sueños enjuagados por el sudor de largas jornadas de caminata. Botas embarradas, muchas veces remendadas por el largo uso de pisadas buscadoras de otros sueños. Sueños de familias orgullosas por el encuentro con estos seres que entregaban su vida a la causa social del pueblo.

Así de ir y venir Jazmín, conoció la guerrilla. Participó con alegría en la escuela básica. Formación política, militar, comunicaciones. De esta escuela Jazmín salió fortalecida. Soñaba ir al combate; apoyar a la población civil con sus problemas, hablar de la importancia de organizarse y conversar con las mujeres de métodos de planificar. Esto sí que a veces traía problemas con los maridos a quienes no les gustaba mucho la liberación femenina.

Y el primer sueño apareció. Hizo parte del grupo que fundaría un frente en los llanos.

A la madrugada, el pequeño grupo estaba rodeado de ejército. Comenzó el combate. Jazmín buscó donde atrincherarse. Aun oscuro, se metió detrás de un tronco. Al amanecer vio que estaba sola detrás de ese pedazo de madera que mostrabas sus largos años de soledad y abandono luego que alguien lo cortara.

Un soldado la vio. Tiro a tiro daba en el tronco. Ella respondía. Y el soldado confiado peleando con una mujer dejo ver parte de su cuerpo y ahí jazmín le dio un tiro. Otro soldado cubrió el lugar y Jazmín lo hirió. Un tercer, un cuarto. El teniente no lo podía creer. Dio la orden para que rodearan a aquella mujer que dejó 4 soldados fuera de combate. El volumen de fuego acabó con la trinchera.

¡Entréguese! le gritó el teniente, ¡aquí no se rinde nadie! Le contestó.

Jazmín disparo hasta su última bala. Murió sin rendirse.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]