Con el apoyo del Programa Presidencial Sonidos para la Construcción de Paz y la Asociación Nacional de Música Sinfónica de Colombia, 18 niños, niñas y jóvenes del Coro Hijos e Hijas de La Paz de la Filarmónica de Bogotá viajaron a Amberes, Bélgica. Su misión fue ofrecer una emotiva presentación en el buque Gloria, junto a aprendices de la Armada Nacional.
El Coro Hijos e Hijas de la Paz está compuesto por hijos e hijas de excombatientes que firmaron el Acuerdo de Paz en Colombia. Este grupo fue creado para promover la integración y la reconciliación a través de la música, ofreciendo a estos jóvenes una plataforma para expresar su talento y compartir un mensaje de paz y esperanza tanto en Colombia como en el extranjero.
El viaje comenzó con una presentación de despedida a las 5 p.m. en el aeropuerto El Dorado, en Bogotá. La emotiva ceremonia, a la que asistieron varios medios de comunicación, marcó el inicio de esta significativa travesía.
Bélgica, hogar del Consejo y el Parlamento Europeo, fue escogida como destino del coro debido a su apoyo al Acuerdo de Paz colombiano. En febrero, el coro ya había llevado su mensaje de paz ante el Consejo de Seguridad de la ONU en Bogotá, mostrando el poder transformador de la música.
El buque de la Armada colombiana, con 88 tripulantes y 73 alumnos de la Escuela Naval de Cadetes “Almirante Padilla”, zarpó el 1 de mayo para recorrer Estados Unidos y Europa. Este viaje fue parte de un esfuerzo continuo por fortalecer las relaciones internacionales y promover la paz a través de la cultura.
Un Legado de Paz
Con más de 30 presentaciones en escenarios nacionales e internacionales, el Coro Hijos e Hijas de La Paz dejó una huella imborrable en medios de comunicación de todo el mundo. Actuaciones emblemáticas, como la conmemoración del 5to Aniversario del Acuerdo de Paz en noviembre de 2023 y la visita del Consejo de Seguridad de la ONU a Colombia en febrero de 2024, destacaron la importancia de su misión.
El coro transmitió mensajes de esperanza y reconciliación. Su labor fue más allá de celebrar la paz, buscando inspirar un futuro donde los sueños de los jóvenes sean realizables.
Esta experiencia no solo resaltó el talento musical de los jóvenes, sino también su papel como embajadores de paz y esperanza, inspirando a nuevas generaciones a seguir sus pasos.