Tras el asesinato en 1934, del héroe de Nicaragua, Augusto César Sandino, conocido también como el “General de Hombres libres”, se impone a la nación Centro Americana, por parte de los Estados Unidos una violenta dictadura que deviene en la dinastía de los Somoza.
Esta familia y sus allegados eran dueña de la tierra, la industria, la banca, el comercio. Había creado una Guardia Pretoriana que cometía, amparada en la impunidad, cualquier crimen para mantener siempre contentos a sus amos.
Ante la ausencia de garantías para el ejercicio de la oposición política o de protesta social, por el temor al terrorismo de Estado y la represión vigente; un pequeño grupo de revolucionarios crean en 1961, el Frente Sandinista de Liberación Nacional, que inicia la lucha armada para derribar a los usurpadores del poder.
Después de un largo período de aprendizaje y algunos reveses, el FSLN toma la iniciativa militar, da golpes espectaculares como la toma de la casa del perverso ministro Chema Castillo, para liberar a sandinistas presos, entre ellos Daniel Ortega, Jacinto Suárez y José Benito Escobar, o la Operación Chanchera contra el Palacio Nacional donde caen prisioneros diputados y personalidades somocistas; estas acciones desacreditan la dictadura y atraen la solidaridad nacional e internacional a favor del FSLN y por los cambios en Nicaragua.
La cadena de éxitos político militares del FSLN, desespera a la dictadura que generaliza la represión indiscriminada y toma como blanco preferido a la juventud. En la Nicaragua somocista era delito ser joven y esto se pagaba con la muerte a manos de la Guardia Nacional.
El FSLN logra la unidad de sus diversas tendencias y esta unión entre revolucionarios atrae un amplio bloque de fuerzas populares y democráticas que van a desembocar en una fuerte ofensiva militar en todo el país combinada con la insurrección popular, que da el triunfo definitivo al FSLN sobre el somocismo y sus aliados nacionales y extranjeros, el 19 de julio de 1979.
Con la llegada al poder de los sandinistas se inician las transformaciones revolucionarias: plena democracia para el pueblo, entrega de tierra a los campesinos, erradicación del analfabetismo, recuperación de la dignidad nacional, salud, educación, vivienda, empleo para el pueblo, entre muchas otras; pero a la vez el imperio y la contra revolución emplean todas las armas a su alcance para desestabilizar y derrotar la revolución.
Agresiones imperialistas, bloqueo naval, financiamiento de los contras, ataques desde Honduras y el Salvador, sabotaje, acciones encubiertas contra sus dirigentes, golpes de Estado, desestabilización monetaria por parte de Estados Unidos y sus aliados al interior de Nicaragua; han chocado contra el muro de un pueblo unido que escogió el camino marcado por Augusto César Sandino; ser libres, soberanos, internacionalistas, trabajar en paz y buscar la felicidad de sus habitantes.
A 41 años del triunfo de la revolución Nicaragua y el Sandinismo son faros que iluminan a los pueblos del continente y más allá.
Nuestras felicitaciones al presidente Daniel Ortega, a la Dirección, militancia, amigos y simpatizantes del FSLN, al equipo de gobierno y al pueblo de Nicaragua por el logro histórico de haber triunfado y mantener viva la antorcha de la revolución.
¡Sandino Vive!
CONSEJO POLÍTICO NACIONAL-FARC
FUERZA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA DEL COMÚN FARC
Bogotá D.C. Julio 19 de 2020