Hacemos un llamado a la unidad en torno a la profundización de la democracia y la defensa de la UA, para evitar que los intereses corruptos de los partidos tradicionales se apoderen de la institución. No lo podemos permitir.
La suspensión de la procuraduría que tiene por fuera de la rectoría a Carlos Prasca es, además de la consecuencia de los bochornosos escándalos en los que se ha visto envuelto el exrector, un reflejo de la disputa de la clase política tradicional del departamento por hacerse con los recursos de dicha institución, que se agudiza en el marco de un año atravesado por las elecciones locales de alcaldes, gobernadores y concejales.
La designación de Maryluz Stevenson en la rectoría de la Universidad del Atlántico implica una nueva puja de los partidos tradicionales, no solo por la cabeza de la universidad, sino por el reparto burocrático de los cargos de dirección académica y administrativa. En ese orden de ideas, consideramos que es necesario que hoy los estamentos hagamos un fuerte llamado a la Autonomía Universitaria, rechazando la intromisión de los sectores politiqueros en los asuntos de la vida universitaria, que intentan anteponer los intereses particulares al desarrollo de la academia y los fines misionales de la institución.
Es imposible alcanzar un nivel de Autonomía si no se profundiza la democracia, entendida como la participación activa de los estamentos en la definición de los aspectos más trascendentales de la universidad. Entendemos que, bajo la experiencia reciente, la Asamblea se ha convertido en el escenario democrático de deliberación y definición que mayor legitimidad ha brindado a las acciones que el movimiento estudiantil ha emprendido.
Invitamos a los estamentos universitarios, a los sindicatos de trabajadores, a ASPU, a las organizaciones estudiantiles, a la plataforma UNEES, a los estudiantes no organizados, a la nueva administración de la universidad, a construir las bases que permitan de cara a la comunidad universitaria y con la participación activa de la misma, iniciar un proceso constituyente que permita realizar las reformas necesarias en la institución, que den viabilidad a la participación vinculante de los estamentos en la designación de rector y demás directivas académicas en propiedad, y que avance en la solución de los problemas más sentidos de los estudiantes.
Esta nueva situación debe propiciar que los estudiantes se enfoquen en la veeduría de los recursos obtenidos en el pasado paro nacional, que permitirán solventar algunas de las necesidades cotidianas de los estudiantes como la dotación de laboratorios y bibliotecas, mejores políticas de bienestar universitario, mejores condiciones de infraestructura física para las sedes de la universidad, en particular, para la sede de Bellas Artes.
Hacemos un llamado a la unidad en torno a la profundización de la democracia y la defensa de la UA, para evitar que los intereses corruptos de los partidos tradicionales se apoderen de la institución. No lo podemos permitir.