25N: ¡De violencia, nada!

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Por Redacción

Con el socialismo aprendimos que la violencia es el sostén del poder basado en el sometimiento y la discriminación y, por eso, contra ella, nos alzamos en armas alguna vez.

Con los feminismos aprendimos que la violencia machista es el sostén del poder patriarcal y que nuestros cuerpos, nuestros pensamientos y nuestros sentimientos hacen parte de la disputa por la hegemonía del sistema de dominación múltiple.

Con los feminismos entendimos que la violencia es cíclica, que se reproduce como la maleza y que sus expresiones se entremezclan y no solo vienen de la derecha y de arriba; que se analiza en lo abstracto, pero es concreta, dura y cotidiana.

Con los feminismos aprendimos que hay un grupo de violencias que están basadas en el género, en los géneros, y que nos toca de manera especial a mujeres y población diversa, pero que afecta cada relación social que construimos.

Con los feminismos comprendimos que hay una responsabilidad colectiva en la prevención, la atención y el acompañamiento a las violencias basadas en género; porque de ellas no se sale de manera individual, sino con el afecto y el apoyo de quienes nos rodean.

Con los feminismos socialistas aprendimos la conexión de esas violencias basadas en género con las otras, las de clase, las coloniales, las racistas, las ecologicidas; que luchar contra las violencias basadas en género es luchar contra todas las formas de violencia, de sometimiento, de discriminación y que para romper el ciclo no hay manos y mentes ajenas: nos liberamos en conjunto o no cambiamos nada.

Por eso, hoy, como el resto de los días, decimos: ¡De violencia, nada!

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