“La paz es el bien más valioso de cualquier nación, vale jugársela todo por ella”
Carta de Rodrigo Londoño al expresidente Juan Manuel Santos
Carta de Rodrigo Londoño al expresidente Juan Manuel Santos
El asesinato de Albeiro y Yeferson, el pasado 16 de octubre, fue la chispa que encendió la Perigrinación por la vida y por la paz. Nos sacudió el alma de la farianidad luego de la fatídica cifra del termómetro de la muerte de 234 firmantes de la paz, además de cientos de líderes, lideresas y defensores de los derechos humanos exterminados por los señores de la guerra y el silencio cómplice del gobierno.
Fredy Escobar Moncada El DANE acaba de informar que la población se distribuye así: 35.7%
Arribaremos a la capital desde los puntos más remotos de nuestra geografía nacional, desde el litoral Pacífico, la Costa Caribe, los farallones del suroccidente, desde los infinitos valles del oriente, desde las tres cordilleras que hoy gritan: ‘viva la vida, viva la paz’.
Las antiguas Farc estarán en Bogotá para hacer visible la estrategia criminal del poder, sacudir los sentimientos de la nación, hacerla poner de pie para detener el desangre
Rubín Morro, 17 de octubre
Es claro que son múltiples los actores del conflicto social y armado en Colombia. El Estado y sus gobiernos, los financiadores de la guerra, los EEUU mediante su injerencia en nuestros asuntos internos, el narcotráfico y sus ejércitos de matones, el paramilitarismo como herramienta contrainsurgente, el desequilibrio social político y económico, la insurgencia armada, entre otros.
Por: Fredy Escobar Moncada. El fracaso neoliberal puede acabar con EPM, así como lo hizo
La búsqueda de la verdad de lo acontecido en el conflicto social y armado en nuestro país se ha convertido en una disputa política entre quienes queremos una verdad plena y los que le temen a ella y se aterran ante las suyas, ya que poco a poco se develan sus responsabilidades gracias al proceso de paz.
Cuando me incorporé a las filas guerrilleras de las FARC-EP, mi padre me regaló el Diario del Che Guevara. Recuerdo que en alguna parte de su carátula se leía: “esta publicación es en homenaje a todos los guerrilleros”. Desde ese día, el 8 de octubre es inolvidable para mí. Comprendí que era mi día. Ya no somos guerrilleros, pero la memoria está presente.
Colombia y las gentes del común cambiaron con el proceso de paz suscrito entre el Estado colombiano y las extintas FARC-EP. Perdimos el miedo a la lucha callejera, perdimos el miedo a la represión oficial, incluso a los asesinatos. Marchamos hoy inspirados en la alegría y la esperanza, construyendo la paz y la Nueva Colombia.