La bancada de gobierno dice no, una vez más, a los derechos del campesinado

Por: Pablo Catatumbo Torres Victoria

Resumen: El pasado 3 de noviembre de 2021, en la Plenaria del Senado durante la discusión para segundo debate del Proyecto de Acto Legislativo que busca reconocer al campesinado como sujeto de derechos. Además, reivindicar el derecho a la tierra y la territorialidad campesina. La bancada de gobierno se retiró del recinto del Congreso y esto significó que no hubiese quórum de votación. 

Aquel día recordé las arduas caminatas en medio de las agrestes trochas y caminos de herradura  de  la ruralidad del país. En algunas ocasiones veíamos las precarias condiciones en que se encontraba el campesinado: sin tierra, sin vías de acceso, sin servicios públicos, muchos sin el derecho al agua. En concreto, en medio de una inmensa pobreza que han tenido que cargar en sus espaldas a lo largo de la historia, generación tras generación, situación que sigue igual. 

Es inevitable no recordar el año pasado cuando los furgones de alimentos llegaban a abastecer las plazas de mercado de las ciudades, camiones cargados de comida sembrada y cosechada por una población que produce el 70% de lo que se consume en el país; aún en medio de la pandemia y el confinamiento, siguieron produciendo lo que llevamos a nuestras mesas. ¿Cuántos alimentos no llegaron por falta de apoyo del Estado?  

Para comenzar a resarcir la deuda histórica que tiene el Estado con el campesinado, congresistas de la bancada alternativa presentamos este proyecto de acto legislativo (08 de 2021) algo elemental en un Estado que se dice ser Social de Derecho, pues con ello se busca impactar de manera positiva a por lo menos 11 millones de compatriotas, como lo evidenció la Encuesta de Cultura Política del DANE: identificación subjetiva de la población colombiana 2019, resultado del cumplimiento del llamado que hace la Sentencia STP2028 de 2018.

En este mismo año, las organizaciones campesinas construyeron “el Pacto por el Bienestar y Dignidad del Campesinado”, documento propuesto para ser incorporado en el Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, siendo una vez más desestimado por el Gobierno Nacional.

Otro  ejemplo es la construcción de la Política Pública para el Campesinado establecido en el artículo 253 del  Plan Nacional de Desarrollo 2018-2022, un triunfo del campesinado en las calles y  en el cual no se ha garantizado su participación porque se crean agendas, se proponen ejes temáticos y encuentros territoriales sin una concertación. A casi 4 años no se ven avances, más aún no se sabe qué pasó con los recursos asignados del PGN para su construcción.

A pesar de que existen sentencias de las altas Cortes que ordenan declarar a esta población como sujeto de derechos, un Acuerdo de Paz que garantiza una Reforma Rural Integral, así como la directiva 007 de la Procuraduría con fecha del 2019 y la Declaración de los Derechos Campesinos y otras personas que trabajan en las zonas rurales emanada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en el 2013, que son el origen de este proyecto de ley, la bancada de gobierno de manera indolente desbarató el quórum para que fuese votado el proyecto y, una vez más, le han dado la espalda al campesinado.

Para este gobierno el campesino es todo menos un campesino. Por eso le llaman empresario del campo, trabajador agrario u otros nombres que no reconocen la cultura campesina y todas sus dimensiones como: defensoras y defensores del agua, del bosque y de la naturaleza misma.

Los Proyectos de Ley a favor del campesinado, de las mujeres, del estudiantado, de los trabajadores o grupos étnicos no son cuestión de populismo o de contienda electoral, como se quiso dar a entender el miércoles pasado, sino de un acto propio de la condición humana en busca de que el aparataje estatal proteja a millones de personas que cumplen un papel vital en la democracia y la construcción de país.

Esta semana se espera que sea nuevamente agendado este proyecto de ley de acto legislativo para que sea discutido y votado. No se le puede seguir dando largas al asunto. Es vital sacarlo adelante y comenzar a dignificar la vida campesina. Por ello, invitamos al conjunto de la sociedad colombiana para que se manifieste a favor de esta propuesta y también invito a mis colegas senadores para que lo voten positivamente.