Pronunciamiento

Ha partido Alfredo Molano, uno de los pensadores, investigadores, viajeros y escritores más notables de nuestro país. Sus investigaciones sobre lo que hemos vivido en los territorios de Colombia, desde los años de la llamada violencia, nos llenan de esperanza porque nos permiten reconocer la tenacidad de nuestro pueblo.

La muerte -solo física- de nuestro querido y apreciado Alfredo Molano deja gran vacío para todos los colombianos. Nos queda su vasta obra. Su literatura analítica y descriptiva de la vida colectiva, una literatura construida con las voces y los hechos de campesinos y colonos, de indígenas y pescadores, de los habitantes de la frontera entre la selva y los campos de cultivo y ganado, habitantes siempre obligados a correr esa frontera por la voracidad, la violencia y el despojo latifundista.

¡Ha muerto un grande, uno de los imprescindibles! como decía Bertold Brecht.

Alfredo Molano es un singular ejemplo de coherencia y de profesionalismo investigativo. Su trabajo le llevó a cultivar un lenguaje renovador, revelador, como pocos, de los hechos más desconocidos de la vida colectiva de las comunidades del campo y de la selva de nuestro país. Dueño de una escritura sencilla y musical y de gran claridad al exponer lo que pensaba y lo que descubría en sus viajes por la Colombia profunda.

Hombre de gran entereza y valeroso al defender su pensamiento, lo que sus investigaciones, su agudeza y rebeldía analítica le revelaron sobre nuestra vida colectiva. Sufrió por ello el destierro. Un ser muy especial, ejemplo de humanidad y entereza en esta época de valores invertidos, de conciencias vendidas al mejor postor y de caracteres diluidos por el corrosivo ácido del miedo y la cobardía ante los criminales, por el transfuguismo y por la venta de la conciencia.

El recuerdo de su vida de caminante y pensador y escritor, y la memoria de su legado, de sus escritos y descubrimientos, seguirá dando frutos, señalando el camino a la juventud pensativa, inquieta, inteligente, sensible. La claridad, la verdad y la belleza de su escritura, de sus numerosos libros y artículos de prensa, la reveladora hondura de sus descubrimientos sobre la humanidad colombiana, prevalecerá a todas la banalidades y ocultamientos. Su obra resistirá todas las tempestades de la superficialidad, de la ignorancia, de los fanatismos, de la alienación sembrada y cultivada cada día por los despojo; esa cuidada alienación de las conciencias promovida por aquellos que pasan de contrabando por la vida dejando únicamente como rastro su pequeñez, su voz vendida a los despojadores, a los guerreristas.

Alfredo es la voz del campesinado, la voz de los colonos, de esa media Colombia olvidada por la desidia del Estado y de los poderosos.

Cuánta falta nos hace ya para reconstruir la verdad que tanto necesita Colombia.

Adiós Alfredo, ser como tú será el anhelo de muchos jóvenes que apenas despiertan a la vida. Y también de nosotros los que creemos en el sueño de una Colombia distinta a la que nos tocó y te tocó vivir.

CONSEJO POLÍTICO NACIONAL.

FUERZA ALTERNATIVA REVOLUCIONARIA DEL COMÚN-FARC

Bogotá DC, 31 de octubre 2019